Al crecer, averiguó el lugar donde vivía y un fin de semana, lo fue a ver. Al tocar la puerta con tres golpes temerosos, esperó pacientemente hasta que se escuchó un grito de una mujer. Se asustó y abrió la puerta forzosamente con mucha violencia y al lograr abrir, la dama estaba muy herida y su padre quería golpearla de nuevo con un palo. Rápidamente, golpeó al hombre y éste cayó como peso muerto producto del alcohol y las drogas. Llamó a la policía y ambulancia para que atendieran a la señora herida y a aquel varón, se lo llevó la policía y conversó con ellos hasta tarde, donde le relataron una historia muy conocida de su padre.
Desde ése entonces, no quiso volver a saber del hombre que en un momento, fue su papá, se dio cuenta que no vale la pena pensar en un hombre que por mucho tiempo le olvidó y además, estuvo a punto de matarlo a él, si no hubiera sido por su mamá que huyó y ella también recibía daños de su parte.
Se dio cuenta que su padre siempre estuvo muerto, en vida